26.2.13

La irracionalidad de la racionalidad

Éste es sin lugar a dudas, el problema que más me preocupa a nivel personal dentro de la sociología:
la irracionalidad de la racionalidad.

Como puede deducirse del nombre del concepto, consiste en que la racionalidad que nos rodea, en empresas, estudios, planes diarios, formas de interacción, etc., llega a tornarse irracional.
Un ejemplo: llamar al servicio técnico.
La situación al hablar con una máquina, una interacción pensada racionalmente para ahorrar en personas que atiendan llamadas y facilitar el acceso a "expertos" relacionados con el problema por el que llames", es una conversación irracional desde el primer momento que tienes que repetir lo que dices varias veces, pulsar entre 4 y 20 teclas distintas durante un monólogo pregrabado y esperar pacientemente hasta que finalmente te pasan con alguien que, unas veces si, otras no, es capaz de resolver tu problema por si mismo sin necesidad de pasarte a otra extensión más especializada que aquella que la máquina ha considerado apropiada.

Max Weber (hombre que acuñó el término), por ejemplo, lo enfoca directamente a la burocracia como el sistema racional y óptimo con el que tratar los problemas de la sociedad.
Hoy, sin embargo, cualquiera que trate con la administración pública se dará cuenta del absurdo irracional por el que hay que pasar para poder hacer casi cualquier cosa.


Ahora que ya te vienen numerosos ejemplos a la mente, planteo una cuestión:
¿Cómo encontrarías la eficiencia para enfrentarte a los problemas o necesidad de multitud de personas sin un método sistemático que sea lo suficientemente racional como para funcionar en todos los elementos que conforman esa multitud?

O en otras palabras, ¿Hay otra forma de tratar a todos igual?

Ritzer, en la McDonaldización, plantea numerosas veces este concepto, y teniendo en cuenta que el libro es fundamentalmente ejemplos (aproximadamente 500 páginas son solo ejemplos), revela el asombroso número de elementos de la sociedad que están marcados por esta búsqueda de la racionalización que finalmente ha evolucionado a lo irracional. Esto demuestra que existe una aceptación popular a este sistema de interacción de masas, pese a lo que nuestra propia experiencia, como individuos de esa masa, tenemos realmente.



Por mi parte, quisiera enfatizar que existe un caso concreto en el que averiguar una nueva forma de tratar los problemas sociales debe evolucionar: el derecho.
En este caso, ya no se trata de una molestia, sino de un elemento importantísimo de la sociedad, así como uno de los más influyentes en las personas, y permitir que caiga, como hemos visto en otros ejemplos, en la irracionalidad de la racionalidad es cerrar los ojos a un problema estructural considerablemente serio.

Ya para cerrar, es cierto que no se me ocurren soluciones concretas ni eficaces, pero no por ello voy a dejar este tema de lado. Además, cuanta más gente piense sobre este problema, más probabilidades habrá de resolverlo.

 


 

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