2.4.13

Metaartículo sobre el blog

No estoy seguro de a quién puede sorprenderle el hecho de haber reducido drásticamente la cantidad de artículos publicados en el blog entre el mes de enero y de marzo, ni viéndose así una relación directa al tratar de relacionar el número de artículos con el número de visitas.

Es también interesante, al menos para el observador curioso, que ni tan siquiera la variable "interés del artículo" supone una relación real con las visitas.

De hecho, observando los datos, resulta que enero, con más artículos que marzo (el doble), tiene 76 visitas menos, cuando curiosamente, ese primer mes del año tiene más artículos entre los más vistos que marzo.

Conforme a mi imaginación, solo soy capaz de deducir tres variables que pueden haber afectado al resultado final:

- por una parte, el tiempo de exposición de la gente al spam ha permitido que el blog tenga un colectivo mayor de lectores que los que tenía al principio; o en otras palabras: después de la publicidad el blog tiene más público.

- por otro lado, cabe la posibilidad de que la gente entre de manera ritualista o costumbrista a revisar el blog en un determinado momento, sin tener en cuenta la publicidad generada en facebook (en la página homónima). Esta idea choca con los datos observados que demuestran que más de la mitad de la gente entra vía facebook. No obstante, puede ser.

- se me ocurre una última opción, basada únicamente en el tipo de actividad desarrollada en función del mes. Si bien tanto enero como marzo han tenido aproximadamente 10 días de ocio, el encabalgamiento laboral de uno y otro mes no es igual, en tanto que en uno se empieza y en otro simplemente se continúa, a la espera de alcanzar el reconfortante verano. 


Este artículo en realidad no es un ejemplo banal de egocentrismo bloguero, sino un ejemplo de como tratar de analizar una realidad a partir de datos observados (confío que fidedignos) y un poco de imaginación.

Sin duda, no lo he explicado todo pedagógicamente, y de hecho, seguramente no haya sido del todo claro, pero espero que al haber recurrido a este formato de redacción, con la tontería se haya aprendido algo.



Un saludo, un gracias por el tiempo invertido.
Y de hecho, al menos esta vez, el agradecimiento es sincero.

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